Texto de Joaquín Dholdan, pode ser lido e consultado em
e no seu site, em http://joaquindoldan.blogspot.pt/
"Saramago y Ella"
"Con el tiempo algunos de los llamados “defectos” se enquistan. O sea, las características con las que nos movemos socialmente- si no evolucionan- se instalan en nuestros mecanismos. Prueba de ello es un viejo padecimiento, tengo la mala costumbre de reaccionar luego de un tiempo. O sea, ante un suceso cualquiera, me quedo inmóvil (a veces unos minutos, a veces días) y luego de la pausa aparece la respuesta, o la pregunta, o la reacción de forma tardía y en general inoportuna. Les cuento este “defecto” como excusa para mi reacción el día que conocí a Pilar del Rio, la compañera de José Saramago, su esposa, su viuda. Que conste que sigo con la teoría que durante unas décadas los hombres deberíamos dejar de escribir, gobernar y administrar, quizás sea una forma de compensar el despropósito que nuestra civilización hizo con ellas. Ya está bien de Yokos Onos, de María Kodamas, de hombres recogiendo premios y dándoles las gracias a ellas, sus apoyos, sus respaldos. El caso de Pilar es otro, aunque seguramente José podía escribir con calma teniendo a alguien que le gestionara la parte de su obra que no tiene que ver con la escritura. Pero volvamos a mi reacción lenta: en un homenaje que algunas asociaciones de amigos del pueblo saharaui le hicieron a Aminetu Haidar y a Saramago conocí a Pilar. Le iba a contar que había visto muchas veces (muchas) el documental José y Pilar y quería contarle que había llegado a una conclusión… Pero no lo hice, le pedí que me firmara su traducción de “El cuaderno” , me dijo “que bien, ya está publicado”, y yo sabía que iba a querer decirle algo más, pero necesitaba un tiempo indefinido para pensar como hacerlo… esto fue hace cuatro años.
Saramago está afeitándose y de repente mira al espejo y murmura “El hombre duplicado” y allí nace la novela, que no sabe sobre que, o quien, hablará, y como con tantos de sus libros a partir de una anécdota”mágica” todos sus sucesos son lógicos e hipnóticos- La muerte deja de matar. Se desprende la península ibérica y va a la deriva por el Atlántico. Casi todo el mundo se queda ciego- Quizás por esto Manuel Vilas me dijo un día que Saramago escribía siempre la misma novela, y tal como les conté con mis reacciones lentas, al mes le pedí que me explicara su afirmación y en cambio me contó: “Una vez presenté a Saramago en el norte y uno del público se levantó y le cantó una jota, una compuesta para él, ante el estupor de todos, pero Saramago la escuchó con atención sabiendo que era un gesto de afecto de aquel tipo”.
En “José y Pilar” veía muchas cosas que me hacían sentir aún más cercano a uno de mis escritores preferidos. Me encantaba cuando se escuchaba el murmullo que hablaba de él mientras estaba en su casa, ajeno a todo, o cuando mientras Pilar armaba y organizaba y él decía “Pilar, yo me voy para casa”. Jorge Wagensberg dice que el “aire de familia” entre un escritor y un lector, es clave en el hecho artístico. Por eso, cada vez que escuchaba una entrevista y sabía como pensaba Saramago, en las cosas que creía, en las que no creía, a quienes defendía, a quienes acusaba, yo saltaba de libro en libro como quien se va a vivir de adulto a la casa en la que fue criado.
Ahora hagamos el siguiente ejercicio: Cortázar nunca traduce a Poe. Historias extraordinarias , ese libro, nunca llega a nuestras manos, nuestra vida es otra. Pilar del Río no traduce a Saramago, lo haría otro u otra traductora, pero nunca de forma tan simultánea. Podrían decir, los contras de siempre, que también otro u otra traduciría a Poe, y que quizás nadie traduciría a Saramago. Lo que importa es: los libros de Saramago que yo he leído, todos, han sido traducidos por Pilar del Río. Y más allá de la traducción como género literario, está, en este caso, la perfecta sintonía entre la versión portuguesa y la española, pocos casos habrá en la literatura en que uno podría asegurar, sin el mínimo atisbo de duda, que la traducción y la versión original son el mismo libro.
Hay otra anécdota que pasa muy rápido en José y Pilar, el documental: la pareja viene cansada en un vuelo trasnoceánico cuando, bajando del avión Saramago dice al pasar algo así como “Me gustaría escribir un libro sobre Caín”, al rato Pilar le pide que lo repita y mira de reojo a la cámara “Pues nada señores, tenemos un nuevo libro”. ¿Qué habrá visto o pensado esta vez José durante ese vuelo? ¿En algún traidor? ¿En algún escritor hermano? ¿Viendo las nubes pensó en ese Dios que no entendemos ni nos entiende? Me gustaba ver como en ese comentario ella sabía que había un libro, conocía ese mecanismo como nadie. Por eso, y hablando estrictamente de literatura, mucho se ha escrito y se escribirá sobre Saramago, y seguramente grandes escritores podrán construir brillantes ensayos sobre su obra, pero el análisis definitivo, el verdadero “Universo Saramago” sólo nos podrá ser descrito por Pilar del Río.
Dicen que uno se hace hombre cuando muere su padre. El día que me dijeron que el mío ya no estaba, me llevó todo un día reaccionar y llorar, y el resto de los días entender lo que había pasado. Estaba haciendo una tortilla cuando dijeron por la televisión que había muerto Saramago y quizás por primera vez reaccioné de inmediato y me puse a llorar (esto también me hubiera gustado contárselo a Pilar). El resto de lo días pensé en ella y llegué a la conclusión que no me dio tiempo a decirle aquel día que nos conocimos: se merece cada una de los libros que José le dedicó."
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