Perguntam-me não raras vezes:
- "Qual o livro de José Saramago que mais gostaste de ler?"
A resposta que pode ser dada a cada momento:
- "Impossível de dizer... não sei responder, não seria justo para com outros (livros) não nomeados. Mas uma coisa sempre soube. Uma obra de Saramago, enquanto "pseudo ser vivo" ou com "gente dentro" tem que me raptar, prender-me, não me deixar sair de dentro das suas páginas. Fazer de mim um refém, e só me libertar no final da leitura... mesmo ao chegar à última página. Aí, o "Eu" leitor que se mantém refém, liberta-se da "gente que a obra transporta dentro" e segue o seu caminho.
Mas segue um caminho que se faz caminhando, conjuntamente com mais uma família"

Rui Santos

quinta-feira, 31 de dezembro de 2015

Passagem de ano 1994/1995... e os vinte minutos que sobravam nas Canárias



Publicado em "Cadernos de Lanzarote Diário II"
Caminho, página 268

Recuperado via página do Facebook da Fundação José Saramago, aqui

28 de Dezembro de 1997 - Comentário às palavras do editorial do jornal Expresso

«Pior do que um mundo com guerras, com fome e com doenças só um mundo de homens todos iguais, pacíficos e saudáveis.» Este foi o pedacinho-de-ouro oferecido pelo Expresso no seu editorial de ontem, provavelmente para acautelar o futuro do negócio. Tem toda a razão: esses homens iguais, pacíficos e saudáveis não leriam certamente o Expresso...


quarta-feira, 30 de dezembro de 2015

Saramago ... simplesmente


"Querida, maltratada Lisboa" Crónica de José Saramago sobre o incêndio no Chiado, publicada no El País (27/08/1988)

(Recortes de imprensa)

A presente crónica foi publicada em 28/08/1988 e pode ser consultada aqui, via jonal El Páis
em http://elpais.com/diario/1988/08/27/opinion/588636007_850215.html

Pode ser consultada e lida, na obra "Folhas Políticas - 1976/1998", que reúne crónicas publicadas em diversos orgãos de comunicação social.
A presente crónica, páginas 175 a 178, aborda a destruição do Chiado (Lisboa), seu planeamento e reconstrução.

"En Lisboa, hasta un, ciego sabía que el día en que hubiese un incendio en la Rua do Carmo el resultado sería una catástrofe. Hubo un incendio y tuvimos la catástrofe. La incompetencia y la irresponsabilidad, de las que hablaremos más adelante, tuvieron su premio. Y de los muchos que protestaron en vano contra las modificaciones estructurales operadas hace años en el local, hoy podemos decir que fueron buenos profetas en su tierra: desgraciadamente, todos acertaron.No es hora de hacer ejercicios literarios. Sería incluso del peor mal gusto, además de inútil, traer a esta página los tópicos habituales, los lugares comunes con los que generalmente estamos tentados de adornar los cataclismos: basta, pues, de espectáculo dantesco, basta de llamas amenazantes, basta de enormes cráteres, basta de Vesubios. Destrucción y muerte son compañeras habituales de la especie humana, y hoy las imágenes de horror pueden llegar a través de la Prensa y de la televisión, hasta los más pacíficos e idílicos lugares del mundo. Incluso sin haber sufrido ninguna experiencia directa, sabemos lo que es una ciudad bombardeada, un deslizamiento de tierra, un desastre nuclear, una inundación de grandes superficies. El lector no precisa imaginar mucho: el área destruida por el incendio (probablemente cerca de 15.000 metros cuadrados) es la imagen de un bombardeo. Los dos brazos laterales de la T formada por las calles Do Carmo, Nova do Almada y Garrett desaparecerán casi totalmente. La propia Rua Garrett quedó con las dos primeras manzanas (de uno y otro lado) destruidas. Hay en Lisboa, por cierto, lugares más bellos, pero era en éste donde Lisboa se encontraba a sí misma, era éste, por excelencia, el sitio buscado por los visitantes, extranjeros o nativos: el Chiado. Y el Chiado está muerto.

¿Resurgirá? Claro que sí, y rápidamente. No sólo por razones políticas, estéticas y culturales, sino también por obvias razones materiales, si pensamos en el valor que habrá adquirido cada uno de esos metros cuadrados. Tal vez las generaciones futuras lleguen a querer tanto lo que vaya a ser construido allí como nosotros quisimos aquellos viejos edificios, pero lo que definitivamente ardió con las llamas fue lo que no es material: una atmósfera, un estilo de vida, un modo de estar en la ciudad. Que no se entienda de estas palabras, por favor, que me estoy compla ciendo en añoranzas estériles Si la Lisboa que el terremoto destruyó en 1755 hubiese llegado hasta hoy, la amaríamos como amamos ésta en que nos tocó vivir. Y porque el hábito puede mucho, la Lisboa de mañana no será menos amada que ésta.

Pero ahora la herida está abierta, las ruinas aún humean, hay millares de personas sin casa y sin trabajo. ¿Quién es culpable de todo esto? No faltarán explicaciones: junto al siempre culpable cortocircuito, a la siempre criminal colilla, ya se habla también de un más justificadamente culpable y criminal fuego intencionado. No hay pruebas, es solamente la voz popular que lo proclama, considerando antecedentes cercanos que implican a uno de los propietarios de los almacenes Grandella, precisamente donde comenzó el fuego. A su debido tiempo, y puesta en marcha la justicia, lo sabremos.

Sin embargo, los culpables no son sólo aquellos que arriman el fuego a la mecha. Culpables serán también, aunque solamente en el plano moral aquellos que por imprevisión por orgullo, por terquedad, por la vanidad de hacer prevalecer su capricho sobre la voluntad general, crearon objetivamente las condiciones para que el incendio, al declararse, se extendiese como se extendió más allá de su foco inicial. En otras palabras más claras: si la Rua do Carmo no estuviese, en toda su extensión, obstruida por las construcciones que el Ayuntamiento de Lisboa mandó hacer allí (muros para crear niveles de compensación del declive de la calle, instalación de bancos y explanadas), el acceso de los bomberos habría sido incomparablemente más fácil y tal vez no estuviésemos hoy tan dramáticamente llorando esta pobre y maltratada Lisboa.

Cuando, en 1755, el terremoto arrasó toda la parte baja de la ciudad, a la pregunta sobre lo que debería hacerse ante la catástrofe, alguien respondió "Sepultar los muertos y cuidar de los vivos". La frase fue atribuida al marqués de Pombal, ministro entonces todopoderoso, lo que no deberá sorprendemos, pues siempre el poder encontró la manera de proferir algunas frases destinadas a la posteridad, y, si no sabe crear por propia inteligencia, recurre a la ajena, como fue el caso. Esta vez la frase célebre salió de la propia boca del presidente del Ayuntamiento de Lisboa: "Vamos a reconstruir, pero no habrá, reconstrucción sin la definición de un proyecto global, y para este proyecto escucharé a todos los interesados y a toda la gente que pueda aportar contribuciones válidas, incluyendo la Asociación de Arquitectos". (No garantizo la total fidelidad, pero las diferencias serán apenas formales, irrelevantes en cuanto al fondo de la cuestión, del cual respondo.)

Salomón, que era sabio, nunca habló tan bien. Pero el presidente del Ayuntamiento de Lisboa, ahora tan ansioso por recabar opiniones, las ignoró y despreció cuando personas y entidades colectivas competentes, incluyendo la propia Asociación de Arquitectos, tan rastreramente requerida, levantaron la voz para denunciar, además del atropello urbanístico, además del atentado contra el patrimonio de la ciudad, los riesgos que para la seguridad de toda aquella área sobrevendrían de las modificaciones de que fue entonces objeto la Rua do Carmo y ahora, radicalmente, víctima. El presidente del Ayuntamiento de Lisboa no es, evidentemente, el marqués de Pombal -que, si bien robó una frase, promovió una reconstrucción ejemplar-; sin embargo, puede entrar por la puerita grande de la historia como ejemplo perfecto y acabado dé hipocresía, realice o no su proyecto global.

La mañana del incendio, cuando trataba de aproximarme para ver con mis propios ojos la tragedia, encontré a un amigo poeta que me dijo: "Después de esto, espero que Krus Abecasis dimita". Y yo le resporidí melancólicamente: "Desengáñese, mí estimado, éste es el país donde unos no dimiten y otros; no son dimitidos".

terça-feira, 29 de dezembro de 2015

"Cátedra Libre José Saramago" - «José Saramago: Primeros escritos" - Facultad de Lenguas / Universidad Nacional de Córdoba - Argentina


Toda a informação aqui,

"Cátedra Libre José Saramago

La Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional de Córdoba cuenta, entre sus logros de los últimos años, haber creado una Cátedra de Derechos Humanos que tiene como propósito ser una usina permanente de reflexión sobre memoria, verdad y justicia.

La Cátedra Libre José Saramago se propone coadyuva a la misma intención pero se encuadra en otra dimensión epistemológica. Pretende operar intelectivamente sobre la obra del escritor José Saramago –Premio Nobel de Literatura 1998- para articular una reflexión literaria y política enmarcada en la discusión sobre el lenguaje, la interculturalidad y los derechos humanos.

Estudiar su obra, concederle un lugar privilegiado en las currícula universitaria es dotar este pensamiento de una fuerza transformadora que aviva la reflexión, la discusión crítica y el debate siempre bienvenido sobre temas que nos convocan para ser protagonistas de la historia y no meros reproductores.

La Cátedra Libre José Saramago propone estudiar la obra del escritor José Saramago propiciando una reflexión interdisciplinaria que articula preocupaciones de orden social, político y literario persiguiendo los siguientes objetivos:

1. Fortalecer y sistematizar la dimensión ético-política presente en la obra ficcional y ensayística de José Saramago.
2. Explorar las potencialidades significativas de los textos saramaguianos a partir del marco teórico elegido.
3. Potenciar los procedimientos heurísticos de análisis literario desde la mirada de universitarios latinoamericanos en un aquí y ahora.

José Saramago: "Primeros Escritos"

Inicia 1º de abril de 2016

Entrada Libre y Gratuita

La propuesta anual está centrada en el tópico «José Saramago: Primeros escritos» y propone un recorrido por la obra del autor portugués durante la década del 70 atravesando diferentes géneros: cuentos, crónicas, poesía, novela y artículos de opinión.
La Cátedra comienza el día 1º de abril de 2016 y se extiende por todo el año hasta el mes de noviembre, de 17:30 a 20:30 h. Tendrá lugar en el Aula 4 de la Facultad de Lenguas. Valparaíso S/N, Ciudad Universitaria. 
Está destinada al público en general y se entregarán certificados.

Más información: catedrasaramago@gmail.com

Inscripción: Personalmente el mismo día de inicio (1/4/16), en el horario de la Cátedra."





A última de 2015... chegou a edição #43 da "Blimunda" Revista digital

(Detalhe da capa da edição #43)

Sinopse da edição, via página da Fundação José Saramago, aqui

"O fim de ano aproxima-se e a Blimunda despede-se de 2015 com um número que congrega assuntos tão distintos como vinho, futebol e teatro, além da literatura.

O frio convida a uma mesa farta e um bom vinho, e foi também por isso que a Blimunda esteve na primeira edição do festival Tinto no Branco, em Viseu. De lá, Sara Figueiredo Costa traz as suas impressões sobre um encontro que pretende colocar no mapa da literatura uma região que até agora é conhecida sobretudo pela sua produção vinícola.

Em 2014, o brasileiro Sérgio Rodrigues venceu o Prémio Portugal Telecom com O Drible, um romance que tem como pano de fundo uma jogada executada por Pelé na Copa do Mundo de 1970. De passagem por Portugal para promover o livro, o escritor conversou com Ricardo Viel sobre essa parceria de sucesso entre a bola e as palavras.

E com o fim do ano já à porta, Andreia Brites lê os mais recentes livros de 12 editoras portuguesas na área do infantil e juvenil, que movimenta grande percentagem do mercado livreiro.

Escrito nos início dos anos 50, o romance Claraboia esteve durante décadas esquecido, até regressar às mãos do autor. Em 2011, depois da morte de José Saramago, o livro foi finalmente publicado. E agora, graças ao trabalho do grupo A Barraca, a história de seis famílias que vivem num prédio sob a sombra do salazarismo ganha nova vida. A secção Saramaguiana publica um ensaio fotográfico da adaptação teatral, acompanhado de excertos do romance de José Saramago.

São estes os principais destaques da Blimunda do mês de dezembro, que leva, nas suas páginas, também os nosso votos de boas entradas.

Que 2016 nos propicie muitos encontros mais. Até janeiro!"

domingo, 27 de dezembro de 2015

Alternativas al Neoliberalismo " La Izquierda con Saramago". Cáceres (23/02/1999)

Pode ser visualizado via YouTube, aqui
em https://www.youtube.com/watch?v=Qb43fZIvSjU

"A alternativo ao neoliberalismo se chama consciência"

Sinopse do discurso
"Alternativas al Neoliberalismo - " La Izquierda con Saramago".
Cáceres 23 de febrero de 1999
José Saramago, Julio Anguita y Manolo Cañada.
Presentan: Manuel Cruz y Teresa Rejas.
Organizado por Izquierda Unida de Extremadura

En un auditorio abarrotado, Saramago: "La Alternativa al Neoliberalismo se llama Conciencia", "lo que se está preparando en este planeta es un Mundo para los Ricos", "hay unos cuantos conflictos en el mundo donde nadie piensa intervenir, que más da que se maten, que se troceen, que se degüellen miles de negros o indios o lo que sea, eso pertenece, alomejor, al grupo de los 20 o 25% de población que son para DESHECHAR pues, mientras se matan los unos a los otros no tendré yo que matarlos a ello y, así se facilitan las cosas", " a Nosotr@s no nos pueden deshechar porque somos conscientes y conciencia"

Placa toponímica - Avenida José Saramago em Santarém




sábado, 26 de dezembro de 2015

Sobre o caso Salman Rushdie "Heresia, um direito humano" (26/01/1994) - Republicado na Revista Estudos Saramaguianos (#2)

O artigo foi publicado e está disponível para consulta e leitura cuja tradução foi realizada pelo académico Pedro Fernandes de Oliveira Neto, aqui
em http://www.estudossaramaguianos.com/2015/07/2_30.html

"Herejía, un derecho humano"
"En la extensa lista de las creaciones humanas, desde el descubrimiento de la rueda hasta la tecnología espacial, no he visto incluida aquella que se convirtió, sobre todo en tiempos pasados, en el más eficaz instrumento de dominio de los cuerpos y de las almas. Me refiero al sistema judicial y penal resultante de la invención del pecado con su burocrática división en pecados veniales y pecados mortales, y el subsiguiente catálogo de castigos, prohibiciones y penitencias. (...) 
Aqui a versão publicado no jornal El País em 16 de Fevereiro de 1994, aqui
em http://elpais.com/diario/1994/02/16/opinion/761353205_850215.html


"Heresia, um direito humano"
de José Saramago

"Na extensa lista das criações humanas, desde a descoberta da roda até a tecnologia espacial, não vi incluída aquela que se converteu, sobretudo em tempos passados, no mais eficaz instrumento de domínio dos corpos e das almas. Refiro-me ao sistema judicial e penal resultante da invenção do pecado com sua burocrática divisão em pecados veniais e pecados mortais e, por conseguinte o catálogo de proibições e penitências. Desacreditado, caído em relativo desuso como aqueles monumentos da antiguidade que o tempo implacável há arruinado, mas que conservam até a última pedra, a memória e a sugestão do que foi seu antigo poder, o sistema Judicial e penal que teve origem no pecado continua atuando e oprimindo de modo capcioso ou direto, como uma tela, nossas consciências. Compreendi melhor (se me permite, nesta ocasião, falar de mim mesmo) ante as polémicas desencadeadas pelo livro que intitulei O Evangelho segundo Jesus Cristo, agravadas, quase sempre, as ditas polémicas, por calúnias e insultos dirigidos contra o imprudente autor. Sendo O Evangelho segundo Jesus Cristo um romance que se limita a representar de novo, certo é que de uma maneira oblíqua e crítica, a figura e a vida de Jesus, é surpreendente que muitos dos que contra ele se pronunciaram hajam entendido como uma ameaça à estabilidade e à fortaleza dos fundamentos do mesmo cristianismo, em particular em sua versão católica. Seria o propósito perguntarmos aqui sobre a real solidez desse outro monumento herdado da antiguidade que é o cristianismo, se não fosse evidente que tais reações se deveram, fundamentalmente, a essa espécie de tropismo reflexo do sistema Judicial e penal do pecado que, de uma ou de outra maneira, com todas suas consequências, levamos dentro de nós. 
A expressão mais frequente desses ultramontanismos, felizmente a mais pacífica, consistiu em manifestar que o autor de O Evangelho segundo Jesus Cristo, sendo como é, um descrente, não tinha o direito de escrever sobre Jesus. A esta acusação, de aparência irrefutável, o autor de O Evangelho segundo Jesus Cristo, não esquecendo o básico direito que assiste qualquer escritor para escrever sobre qualquer tema, se limitou a responder que, bem vistas e ponderadas as coisas, não havia feito mais que escrever um livro sobre algo que diretamente lhe pertencia e continua lhe pertencendo, posto que, sendo efeito e produto da civilização e das culturas judaico-cristãs, é, em tudo e por tudo, no que se refere ao plano das mentalidades, um cristão, embora se defina a si mesmo filosoficamente como um ateu e na vida corrente se comporte como tal. Deste ponto de vista será lícito afirmar que, tanto como o mais convicto, observante e militante dos fiéis católicos me parecia, a mim, incrédulo, como sou, o direito a escrever sobre Jesus. Entre esse católico ou simples catecúmeno, e eu mesmo reconheço uma só diferença, mas esta, importante: um direito que nos é comum, por exemplo, o direito de pensar e a escrever, acrescento, por minha conta em risco, outro que ao católico está proibido: o direito a pecar. 
Bom, quem diz pecado poderá dizer heresia. Sendo a heresia uma negação ou dúvida pertinente, por parte de um cristão, de alguma verdade que se deve crer com fé divina e católica, não creio abusar demasiadamente da elasticidade semântica dos conceitos se digo que no pecado, qualquer que seja sua gravidade, já se está movendo embrionariamente, a heresia. Um teólogo demonstraria, com suas razões de teólogo, que não tenho razão, mas, no simples plano do comportamento humano, me parece bastante claro que entre o pecado (que é a ofensa a Deus) e a heresia (que é a negação da verdade que se deve crer) algo existe em comum: ambos expressam uma vontade de rebeldia, portanto, uma vontade de liberdade, seja qual seja o grau de consciência que a defina. Quando, ao longo da história da Igreja, as heresias se manifestaram pela negação ou rejeição voluntária de uma ou mais afirmações de fé (como se denominaria esta outra atitude, radical, de negá-las e rejeitá-las todas?), que fizeram essas heresias se não escolher, de um conjunto autoritário e coercitivo de supostas verdades, o que lhes parecia mais adequado, simultaneamente à fé e à razão? Que já a partir do século IV os concílios ecumênicos passassem a ser o principal instrumento eclesiástico para a definição da ortodoxia e condenação das heresias mostra, em primeiro lugar, que os movimentos chamados heréticos foram, pacificamente, contemporâneos ao nascimento do cristianismo e, em segundo lugar, que a Igreja, como poder central e centralizador por excelência, logo se autodesignou guardiã de uma lei em que ela própria, condenada as oposições, isto é, as heresias, estabelecia as condições da observância e os limites da crítica. Paradoxalmente, se observamos o que se passa em nossos dias, se vê como em nome da democracia estão reprovando todas e cada uma das ortodoxias políticas e ideológicas, aplaudindo-se, portanto, as heresias nascidas dentro delas, e como, em absoluta contradição com essa atitude liberalista, permanece no espírito das pessoas o temor supersticioso de ofender ou atentar contra Deus, quando apenas se trata de recusar ou negar o que foi imposto por outras pessoas, organizadas em igreja. E não devemos esquecer com que facilidade e comodidade alguns dos mais encarniçados defensores das heterodoxias ideológicas e políticas se aproveitam e conciliam politicamente, em nome de interesses práticos comuns, que não de Deus, com os aparelhos institucionais e as manipulações espirituais das diversas Igrejas do mundo, que pretendem manter e aumentar, pela condenação das heresias antigas e modernas e pelo castigo dos pecados de sempre, o seu poder sobre uma humanidade absurda mais disposta a pagar multiplicadas as suas pretensas ofensas a Deus do que a reconsiderar as culpas e os crimes de que, contra si mesma, é responsável. Sobram as razões pelas quais os homens falam que devem matar-se uns aos outros, não fazem falta as que duvidosamente são atribuídas aos deuses. A dura verdade é que vivemos no mundo da hipocrisia, da impostura, do fingimento, em que as insuficiências da razão são aproveitadas para negá-la. 
Quando Salman Rushdie escreveu Os versos satânicos, pelos caminhos próprios da arte, exerceu seu humaníssimo direito ao pecado e à heresia, como quer que os classifiquem e definam os teólogos mulçumanos. Também da vigilância doutrinal da Igreja Católica exercida a partir do século XVI pela Sagrada Congregação da Inquisição que hoje permanece como um pesadelo anti-humano, como foram os campos de concentração. Combater tais perversões do espírito é tarefa do espírito, mesmo quando ao simples direito de escolha chamem as igrejas, todas elas, condenatoria mente, pecado e heresia." 

El Pais, 16 de febrero de 1994. Tradução de Pedro Fernandes de Oliveira Neto



José Saramago fotografado por Micha Bar-Am (20 de Janeiro de 1994)

"Micha Bar-Am é o nome do fotógrafo de Israel de quem me falou Miriam Tivom há uma semana. Trabalha para a Magnum desde 1967 (...) 
Telefonou-me hoje para me dizer que está disposto a vir a Lanzarote para conversar, 
mostrar-me o seu trabalho (...)
Disse-lhe que viesse."
in, "Cadernos de Lanzarote - Diário II", Caminho, página 23 (20/01/1994)

Algum trabalho do fotografo Micha Bar-Am, pode ser consultado no site da Magnum Photos, aqui

As fotografias tiradas a José Saramago, estão neste link, 

Ref.ª Imagem PAR152403 (BAM1994011W02862/18) 
© Micha Bar Am/Magnum Photos


Ref.ª Imagem PAR152405 (BAM1994011W02862/03)
© Micha Bar Am/Magnum Photos


Ref.ª Imagem PAR152402 (BAM1994011W02862/13)
© Micha Bar Am/Magnum Photos



sexta-feira, 25 de dezembro de 2015

José Vericat entrevista José Saramago em Ramala (Cisjordânia - BBC em 02/06/2007)

Recuperação da breve entrevista que pode ser consultada e lida aqui,
em http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_1902000/1902254.stm

O colaborador da BBC na Cisjordânia, José Vericat, conversou em Ramala com o escritor português José Saramago, ganhador do prêmio Nobel de Literatura em 1998. Suas recentes críticas a Israel no conflito do Oriente Médio, comparando os territórios palestinos aos campos de concentração nazistas, têm desatado uma incendiada polêmica.



BBC – Que propósito teve sua visita à Palestina?
Saramago – “A intenção tem sido a de enviar aqui uma delegação de membros do Parlamento Internacional de Escritores para manifestar solidariedade aos narradores, poetas, dramaturgos palestinos”.

BBC – Que pode ter este conflito palestino-israelense de particular?
Saramago – “Vamos ver, isto não é um conflito. Poderíamos chamá-lo um conflito se se tratasse de dois países, com uma fronteira e dois estados, com um exército cada um. Trata-se de uma coisa completamente distinta: Apartheid. Ruptura da estrutura social Palestina pela impossibilidade de comunicação”.

BBC – Que pensa de Israel?
Saramago – “Um sentimento de impunidade caracteriza hoje o povo israelense e o seu exército. Eles converteram-se em financiadores do holocausto. Com todo o respeito pela gente assassinada, torturada e sufocada nas câmaras de gás. Os judeus que foram sacrificados nas câmaras de gás quiçá se envergonhariam se tivéssemos tempo de dizer-lhes como estão se comportando seus descendentes. Porque eu pensei que isto era possível; que um povo que tem sofrido deveria haver aprendido de seu próprio sofrimento. O que estão fazendo com os palestinos aqui é no mesmo espírito do que sofreram antes.

Eu creio que eles não conhecem a realidade. Todos os artigos que apareceram contra mim têm sido escritos por pessoas que não foram nunca saber como vivem os palestinos, quer dizer, eles não querem saber o que está passando aqui. Sería lógico que estivessem aqui os cascos azuis (soldados da ONU). Mas o governo israelense não o permite. O que me indigna, e não posso calar-me, é a covardia da comunidade internacional que se deixa calar. Nem sequer falo dos Estados Unidos, do lobby judeu, de tudo isso que é mais que conhecido. Falo da União Européia. Europa, o berço da arte, da grande literatura, tudo isso. E todos assistindo a isto, a este desastre, e ninguém intervém”.

BBC – Parece-lhe pertinente a analogia entre o sofrimento dos palestinos hoje em dia e o sofrimento dos judeus que teve lugar durante o regime nazista e em particular os campos de concentração?
Saramago – “Isso de Auschwitz foi evidentemente uma comparação forçada a propósito. Um protesto formulado em termos habituais quiçá não provocasse a reação que tem provocado. Claro que no há câmaras de gás para exterminar os palestinos, mas a situação na qual se encontra o povo palestino é uma situação concentracionária. Ninguém pode sair de seus povoados.

Eu o disse e dito está. Mas, se a vocês lhes molesta muito isso de Auschwitz, eu posso substituir essa palavra e em lugar de dizer Auschwitz, digo crimes contra a humanidade. Não é uma questão de mais vítimas ou menos vítimas, não é uma questão de mais trágico ou menos trágico, é o fato em si. Isto que está passando em Israel contra os palestinos é um crime contra a humanidade. Os palestinos são vítimas de crimes contra a humanidade cometidos pelo governo de Israel com o aplauso de seu povo”.

BBC – Não crê que suas declarações têm um efeito contraproducente?
Saramago – “Aqui não há nenhum efeito contraproducente. Há críticas e há críticas. Há críticas que são conhecidas e portanto não têm nenhum efeito, quer dizer, se fazem e se repetem infinitamente”.

BBC – O que o senhor escreveu que tenha mais relevância com este conflito?
Saramago “Uma novela que eu publiquei há cinco ou seis anos, Ensaio Sobre a Cegueira, que vendeu aqui sessenta mil exemplares. Até estes dias eu era aqui um bestseller. Agora meus livros estão sendo retirados das livrarias. É uma novela que narra como todo o mundo se torna cego. Porque minha opinião é que todos somos cegos. Cegos porque não temos sido capazes de criar um mundo que valha a pena. Porque este mundo como está e como é não vale a pena.

Esta sim que poderia ter [relevância] se os políticos se interessassem pela literatura. Se há algo sobre o que refletir é sobre a capacidade que temos, ou que não temos de inventar um modo de relação humana onde o imperativo seja o respeito humano e o respeito ao outro”.

BBC – Qual é o papel da literatura neste conflito?
Saramgo – “Nenhum. Essa idéia de que os escritores têm que salvar o mundo… Gostaríamos de fazê-lo, é claro. Se fosse pela arte e tudo o que temos feito de bonito no passado, se isso servisse para algo, não estaríamos como estamos. A intervenção que os escritores possam e devam ter é pelo simples fato de que são cidadãos. Claro que também são escritores. Se se nos pede algo, ou por iniciativa nossa temos algo para dizer, o escrevemos. Mas, além de ter o que tenhamos para dizer, também há o que temos para fazer. E o fazer é intervir na vida não só do país, de um senão também do mundo”. 

Saramago e a criação do Parlamento Internacional de Escritores (25/11/1993)

"Cadernos de Lanzarote Diário I"
Caminho, páginas 161 e 162

25 de Novembro

"Em que ponto está o Ensaio sobre a Cegueira? Parado, dormindo, à espera de que as circunstâncias ajudem. Mas as circunstâncias, mesmo quando parecem propícias, não perdem a sua volubilidade natural, precisam de uma mão firme e boa conselheira. Até ao fim do ano (por causa da viagem às terras do Mais Antigo Aliado, e depois as festas, com a casa cheia de gente), não terei mais remédio que deixá-las à solta (falo das circunstâncias, claro) mas logo a seguir tratarei de as prender curto. Entretanto, vou escrevendo umas quantas coisas como esta que a revista Tiempo, de Madrid, me pediu, sobre a anunciada criação do Parlamento de Escritores
«Não é raro que o destino de uma boa ideia, por faltarem os meios necessários para a pôr em prática, acabe por ser o das boas intenções que não foram atendidas por uma vontade forte. Tenho, evidentemente, motivos para crer que a vontade não faltará aos impulsionadores e apoiantes do Parlamento de Escritores, entre os quais me conto, e que a ideia da sua criação, sendo também uma boa intenção, não prolongará a lista de frustrações e mal-entendidos em que tem sido fértil a intervenção cívica (ou deveremos dizer política, em sentido pleno?) daqueles a quem se designa por intelectuais. Com uma condição: que este Parlamento Internacional de Escritores se considere reunido em sessão permanente, isto é, que o facto da sua existência sirva para estimular uma participação quotidiana e efectiva dos escritores na sociedade, ao mesmo tempo que vá recebendo alimento e substância dessa mesma participação. O bom Parlamento não é aquele em que se fala, mas aquele em que se ouve. Os gritos do mundo chegaram enfim aos ouvidos dos escritores. Vivemos os derradeiros dias daquilo que, no nosso tempo, se chamou "compromisso pessoal exclusivo com a escrita", tão querido a alguns, mas que, como opção de vida e de comportamento, é, essencialmente, tão monstruoso quanto já sabemos que é o compromisso pessoal exclusivo com o dinheiro e o poder...» "

quinta-feira, 24 de dezembro de 2015

Critica "O livro perdido de José Saramago chegou ao teatro 3 dias atrás" Por Ana Rita Caldeira - Via Ardinas

Texto de Ana Rita Caldeira, que pode ser consultado aqui, 
em http://www.ardinas.pt/index.php/2015/12/21/o-livro-perdido-de-jose-saramago-chega-ao-teatro/

"O livro perdido de José Saramago, publicado seis décadas depois de ter sido escrito, é agora adaptado pelo teatro A Barraca, de uma forma, no mínimo, brilhante.

Com destaque para o cenário, que se funde à personalidade de cada personagem, e para a interpretação rigorosa dos textos de Saramago, “Claraboia” é uma peça obrigatória, não só para quem leu o livro que a inspira, mas também para quem quer conhecer a origem da genialidade de Saramago. A adaptação está em cena pelo menos até Janeiro e não merece tantas cadeiras vazias.

 (Fotografia de Luis Rocha)

Ao longo das três horas da peça, que passam a voar, Pílar del Rio assiste compenetrada, sozinha, isolada numa das filas da plateia. O seu riso ouve-se mais do que o dos outros quando chegam a palco certas passagens do livro, certamente gravadas na memória de Pílar, que traduziu “Claraboia” para espanhol. Pílar sorri emocionada em vários momentos da peça, momentos que a transportam para um lugar no tempo em que ainda não conhecia José Saramago. O livro, que agora é adaptado ao teatro, foi escrito em 1953, quando Saramago tinha 31 anos. Ainda com a pontuação e parágrafos convencionais, “Claraboia” foi enviado para uma editora que nunca respondeu. Saramago não escreveu durante 20 anos, depois disso. 40 anos depois, quando já não era um jovem escritor desconhecido, acabado de publicar “O Evangelho Segundo Jesus Cristo”, o escritor foi convidado a publicar “Claraboia”, cujo manuscrito teria sido encontrado na editora. O futuro nobel da literatura não leu o livro e disse que nunca seria publicado enquanto vivesse. 60 anos depois de ter sido escrito e um ano depois da morte de Saramago, “Claraboia” foi editado e publicado, em 2011, com o consentimento de Pílar.


Agora, a ex-mulher do escritor reconhece neste romance pequenos fragmentos daquilo que viria a ser a identidade literária de Saramago. Há a valorização do ser humano, sem que entre nos textos a palavra política, há discussões em que participam poemas de Fernando Pessoa, há sinfonias de Beethoven, há a recusa da resignação (presente em “Levantado do Chão”) ou os debates sobre lucidez (mais tarde, presentes em “Ensaio sobre a Lucidez”). “Claraboia” é um marco fundamental na escrita de Saramago. Ainda que sem o estilo formal que lhe é associado, ainda que tenha diálogos paragrafados de forma convencional, marca a origem das preocupações de Saramago enquanto escritor, as preocupações que, anos depois, de uma forma mais madura, se transpuseram para outros romances, mais aclamados.

Quem lê o livro, e depois toma conhecimento da sua adaptação para o teatro, pensa imediatamente na dificuldade que terão tido os cenógrafos. A história do romance “Claraboia” passa-se num prédio da Lisboa dos anos 50, com 3 andares e seis apartamentos. O espaço é absolutamente essencial na leitura do livro, assim como as divisões dos apartamentos, descritas com a maior precisão. Surpreendentemente, José Costa Reis, responsável pela cenografia, conseguiu meter um prédio dentro da sala 1 d’A Barraca. O palco ganha três andares, divididos por dois lances de escada, e observados pela grande claraboia, que é azul ou amarela, para nos dizer quando é de noite e de dia. Também o som do amolador pela manhã e uma música clássica de embalar pela noite nos dizem em que altura do dia as personagens se encontram. O trabalho de sonoplastia, que se encarrega dos sons de portas a fechar ou das campainhas, é do mesmo modo irrepreensível. Mas é o desempenho dos atores, que debitam as palavras de Saramago, que dá brilho à adaptação. João Maria Pinto, que interpreta o papel do sapateiro Silvestre, ou Maria do Céu Guerra, que é Amélia e também a mãe de Lídia, deixariam José Saramago com um brilho nos olhos.

Ao todo, são 18 personagens que vivem num prédio tipicamente lisboeta dos anos 50, em pleno Estado Novo. No rés-do-chão vive o sapateiro Silvestre e a mulher Mariana, que alugam um dos quartos a um viajante misterioso, e, ainda, um casal problemático, que já é conhecido pelos vizinhos pelas discussões acesas. No primeiro direito mora Lídia, uma mulher sensual e promíscua, que recebe visitas de um gordo empresário todas as noites. Uma mulher atormentada pela morte da filha e pela indiferença do marido vive no primeiro esquerdo, passando grande parte dos dias a observar o retrato da menina. O último andar divide-se no apartamento de uma família de quatro mulheres costureiras e um casal com uma filha libertina.

Ao contrário do que se esperava, há ação a decorrer em todos os andares, em quase todos os momentos da peça. A intensidade das luzes guia-nos para o diálogo que merece destaque, para o apartamento em que se desenrola uma ação importante. Enquanto isso, nos outros andares, as famílias jantam, deitam-se, conversam, o sapateiro trabalha. O trabalho de encenação e dramaturgia, a cargo da atriz Maria do Céu Guerra, conseguiu dar movimento às personagens de “Claraboia”, que têm tanto de fantásticas como de corriqueiras. São pessoas atormentadas pela censura dos pensamentos, e não só das ações, pelas dificuldades financeiras, pelas consequências que os seus atos podem ter no julgamento dos outros, neste caso, dos vizinhos. Nenhuma delas ganha protagonismo na peça, ainda que os diálogos entre o sapateiro Silvestre e o seu hóspede, Abel, sejam o fio condutor do romance. Naqueles apartamentos, decorados com tempo, enfeitados com pratos de porcelana trabalhada, molduras com fotografias esbatidas e cómodas sem espaço livre, os dias daquelas pessoas esgotam-se na relação com os vizinhos.

Pílar del Rio vê nesta adaptação de “Claraboia” um milagre, o milagre de conseguir reproduzir a simultaneidade das cenas, a passagem das conversas entre as irmãs Isaura e Adriana para as discussões entre Carmen e Emílio, por exemplo. Através da variação da intensidade das luzes, que não saem de projetores sóbrios, mas sim de candeeiros protegidos por abajures de todos os feitios. Estes pormenores, como o som do fechar e abrir de portas, fundem todas as histórias que se passam dentro do prédio. “La Barraca le ha puesto cuerpo” foi o elogio final de Pílar a toda a equipa que pôs em cena “Claraboia”. Trata-se de uma adaptação genial, que não se esgota no desempenho dos atores, e que merece ficar n’ A Barraca depois de Janeiro. É um trabalho que honra o nascimento da genialidade de José Saramago, e também o nascimento das suas preocupações e prioridades enquanto escritor e enquanto homem. A peça está em cena de quinta a sábado às 21h30 e às 16h30 de sábado e domingo."


Um conto de Natal de José Saramago - "História de um muro branco e de uma neve preta"

(Árvore de natal - Fundação José Saramago 2014)


Um conto de Natal de José Saramago - "História de um muro branco e de uma neve preta"

"Não haveria nada mais fácil no mundo das histórias que escrever um conto de Natal com Menino Jesus ou sem ele, se não fosse dar-se o caso de que uma criança que nasce está sempre nascendo. O nosso grande erro, esquecidos como em geral andamos das infâncias que vivemos, foi pensar que as crianças nascem uma única vez e que depois de nascidas se limitam a ficar à espera de que o tempo passe e as transforme em adultos, os quais, como deveríamos saber, constituem uma espécie diferente de seres humanos. A criança começa por nascer uma vez, que é a de vir ao mundo, e depois continua a nascer para compreendê-lo: não tem outro remédio nem há outra maneira. Como se verá pelas duas breves histórias que se seguem, ambas autênticas, ambas verdadeiras. 

A terra, àquela hora, cobria-se de uma noite tão escura que parecia impossível que dela pudesse nascer o Sol. Não tem chovido, as tempestades andam por longe, o rio descansa da sua primeira cheia de Inverno, os charcos são de mercúrio. O ar está frio, parado, e estala quando respiramos, como se nele se suspendesse uma ténue rede de cristais de gelo. Há uma casa e luz lá dentro. E gente: a Família. Na lareira ardem grossos troncos de lenha de donde se desprendem, lentas, as brasas. Quando à fogueira se lhes juntam gravetos, ramos secos, um punhado de palha, a labareda cresce, divide-se em trémulas línguas, sobe pela chaminé encarvoada de fuligem, ilumina os rostos da família e logo volta a quebrar-se. Ouve-se o ferver das panelas, o frigir do azeite onde bóiam as formas redondas das filhós, entre o fumo espesso e gorduroso que vai entranhar-se nas traves baixas do telhado e nas roupas húmidas. São talvez nove horas, a modesta mesa está posta, o momento é de paz e de conciliação, e a Família anda pela casa, confusamente ocupada em pequenos trabalhos, como um formigueiro.

Não tarda que saiam todos para o quintal. Vai ser lançado ao ar o foguete de três respostas, esse que, cumprindo a tradição, anunciará aos vizinhos que naquela casa já a última filhó saiu do tacho, a escorrer, e foi cair no alguidar profundo onde aguardará o retoque final da canela e da calda de açúcar. Entre portas, a Criança vê a Família a sorrir fazendo e desfazendo grupos em torno do avô, que sopra um tição trazido da lareira e o aproxima do cartucho de pólvora amarrado ao caniço. Tinha pedido que o deixassem ajudar, mas responderam-lhe como das outras vezes: “Ainda és muito pequeno, para o ano que vem”. A Família tem razão: é preciso ter cuidado com as crianças.

A pólvora inflama-se bruscamente, lança um jacto de fagulhas vivíssimas, silva como uma serpente, e logo é um dragão rugindo que sobe para o ar gelado, corta-o como uma espada de fogo, e lá muito no alto, quase tocando as primeiras estrelas, estala, estraleja, cobrindo os ecos de outro foguete distante. O caniço desce com uma luz mortiça que desmaia, e vai cair longe, nos olivais que rodeiam a casa, sobre as ervas cobertas de geada. Com este tempo não há perigo de que pegue fogo às árvores. De súbito, a Família diz que está frio e volta para casa, levando entre os braços, entre os anéis, entre os tentáculos, a Criança a quem não deixaram ajudar a lançar o foguete. Tinham deixado a porta aberta, o interior da cozinha arrefecera. A Avó acode a espalhar na fogueira uma mão-cheia de aparas, desgalha um ramo seco de oliveira, parte-o com as mãos calejadas, mas é com suavidade que depois chega os troços à chama, como se estivesse a alimentá-la. O lume hesita, escolhe o lado mais acessível da lenha, e depois, indiferente, alheado, a pensar noutra coisa, recomeça o seu eterno ofício de fabricante de cinzas.

A Família gira em redor da mesa, arruma-se nas poucas cadeiras que há, trazidas algumas de outras casas, uns quantos escabelos pouco firmes, um caixote velho posto em pé. Os rostos estão sorridentes e corados, e têm nomes e apelidos, mas, para a Criança, são, antes de tudo, os Pais, os Avós, os Tios, os Primos, um enorme e complicado corpo de animal que lhe lembra a história da Bicha-de-Sete-Cabeças ou o Dragão-Que-Não-Dorme. Sobre a mesa trava-se uma gesticulação ruidosa de facas e garfos, de mãos, de dentes, uma contínua mastigação que deforma os rostos e engordura as bocas. Contam-se casos, anedotas, todos riem. O frio está lá fora, e a geada, e a noite impenetrável. A Criança anima-se, já esqueceu a decepção, para o ano talvez a deixem lançar o foguete sozinha. Também tem uma história para contar, só está à espera duma pausa, dum momento mágico em que todos se calem, acaso emudecidos por um anjo que passou deixando apenas a imagem de um dedo imperioso sobre os lábios cerrados. O momento está a chegar por fim, uma a uma calam-se as bocas da Família, é agora ou nunca, a Criança inspira fundo, rompe o silêncio, começa a falar. A Família olha surpreendida, dá alguma atenção, mas não muita nem por muito tempo, não dura, não pode durar, as vozes regressam do silêncio, e é o Pai que lhe corta a narrativa com uma frase que faz rir toda a gente. Uma frase que vai fazer chorar a Criança. Porque o Menino, a Criança é um menino, levanta-se da mesa, abre a porta, separa-se da Família e desce os três degraus de pedra que conduzem ao mundo. Ali adiante há um muro caiado, baixo, com uma varanda dando para terras ignotas. A Criança vai debruçar-se sobre o muro, deixa cair a cabeça sobre os braços cruzados, e o terrível nó das lágrimas desata-se dentro de si. Da casa vêm risos e vozes, alguém fala muito alto, e depois ressoam gargalhadas. Ninguém está pensando na Criança.

Faz muito frio. Visto daqui, o céu parece estar feito de veludo negro. E há as estrelas. Duras, nítidas, implacáveis, quase ferozes. A Criança levanta os olhos. Lá estão elas a brilhar. Olhadas através das lágrimas, as estrelas são diferentes. Mundo estranho, estranho mundo, este. Sob os passos da criança, o chão duro e gelado range, E, em frente, as árvores negras, misteriosas, onde à noite os grandes medos se vão esconder, tomam o ar confidencial de quem conhece todos os segredos futuros, a hora e o lugar onde acontecerá o terceiro nascimento e o quarto, e o quinto, todos os aqueles que ainda esperam a esta Criança, até mesmo quando de havê-lo sido já não lhe restar memória.

As Crianças estão sempre a nascer. Às vezes nascem de explosivas alegrias, de achados incríveis, de deslumbramentos únicos, mas o mais frequente, uma vez após outra, é nascerem de cada tristeza sofrida em silêncio, de cada desgosto padecido, de cada frustração imerecida. Há que ter muito cuidado com as Crianças, nunca me cansarei de o dizer. Um dia uma Professora teve uma ideia de Professora e mandou os seus alunos que fizessem uma composição plástica sobre o Natal. Claro está que não empregou esta linguagem, o que disse foi: “Façam um desenho sobre o Natal. Usem lápis de cores, ou aguarelas, ou papel de lustro, o que quiserem. E tragam na segunda-feira”. Uns com lápis, outros com aguarelas, outros com papel recortado, alguns pintando com os dedos, todos cumpriram o melhor que puderam. Apareceu tudo quanto é costume nestes casos: o presépio, os reis magos, os pastores, São José, a Virgem e, inevitavelmente, o Menino Jesus. Bem feitos uns, mal feitos outros, toscos ou esmerados, os desenhos caíram na segunda-feira em cima da secretária da Professora. Ali mesmo ela os viu e lhes pôs nota. Ia marcando “bom”, “mau”, “suficiente”, como se com esses juízos os marcasse para a eternidade. De repente. Ah, quantas vezes ainda teremos de dizer que é preciso muito cuidado com as crianças! A Professora segura um desenho nas mãos, um desenho que não é melhor nem pior que os outros. Mas ela tem os olhos fixos, está confusa, perturbada: o desenho mostra a invariável manjedoura, a vaca e o burrinho, e toda a restante figuração. Sobre esta cena já sem mistério cai a neve, e esta neve é preta. Porquê?
“Porquê?”, perguntou
a a Professora à Menina que fez o desenho. A Menina não responde. Talvez mais nervosa do que quereria mostrar, a Professora insiste. Há na sala os risos cruéis e os murmúrios de troça que sempre aparecem em ocasiões destas. A Menina está de pé, muito séria, um pouco trémula. E responde, por fim: “Pintei a neve preta porque foi nesse Natal que a minha mãe morreu”. Fez-se silêncio e a Professora pensou, assim o veio a contar mais tarde: “À Lua já chegámos, mas quando e como conseguiremos chegar ao espírito duma criança que pintou a neve preta porque a mãe lhe morreu?”.

Muitos anos depois destas histórias terem acontecido, contei-as a uma outra Menina, que me perguntou: “E eles ainda estão tristes?”. Nessa altura disse-lhe que sim, que há tristezas que o tempo não consegue apagar, mas hoje conforta-me a ideia de que talvez o Menino do Muro Branco e a Menina da Neve Negra se tenham encontrado na vida, e que talvez por causa deles o mundo já esteja a mudar sem que nós tenhamos dado por isso."

Observação
"Este conto (se o é) tem a sua origem em duas crónicas, “Um Natal Há Cem Anos” e “A Neve Preta”, publicadas no jornal A Capital no final dos anos 60 e que hoje podem ser lidas mais comodamente no volume Deste Mundo e do Outro. A junção delas (que de certa maneira é também fusão) aconteceu em 1995 e teve como destino uma revista espanhola entretanto desaparecida. Relidas hoje, novamente refeitas, estas velhas crónicas perguntam se o muro branco ainda lá está e se ainda há quem tenha de continuar a pintar a neve com tinta preta. Por mim, acho que sim. Quem dera que sejam muitos os que tenham razões para pensar que não.

(Coord. Vasco Graça Moura, Gloria in Excelsis, Histórias Portuguesas de Natal, col. Mil Folhas, Público)

terça-feira, 22 de dezembro de 2015

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Poema «Lugar-comum do quadragenário»

José Saramago recupera este poema, escrito por altura dos seus quarenta anos, isto a propósito da menção que faz a Javier e María, na sua nova casa.
Depois destas três décadas passadas, Saramago refere-se assim:

"Como vejo eu isto, trinta anos depois? Sorrio, encolho os ombros, e penso: 
«Que coisas nós dizemos aos quarenta anos...»"

Lugar-comum ao quadragenário
"Quinze mil dias secos são passados,
Quinze mil ocasiões que se perderam,
Quinze mil sóis inúteis que nasceram,
Hora a hora contados
Neste solene, mas grotesco gesto
De dar corda a relógios inventados
Para buscar, nos anos que esqueceram,
A paciência de ir vivendo o resto."

in, "Cadernos de Lanzarote Diário I"
página 144, 17 de Outubro de 1993


Sobre "O Evangelho segundo Jesus Cristo" em os "Cadernos de Lanzarote Diário I" (8 e 9 Outubro 1993)

"Crucificação de Cristo" de Albrecht Dürer

(...) Lá atrás, no mesmo campo onde os cavaleiros executavam um último volteio, um homem afasta-se, virando ainda a cabeça para este lado. Leva na mão esquerda um balde e uma cana na mão direita. Na extremidade da cana deve haver uma esponja, é difícil ver daqui, e o balde, quase apostaríamos, contém água com vinagre. Este homem, um dia, e depois para sempre, será vítima de uma calúnia, a de, por malícia ou escárnio, ter dado vinagre a Jesus ao pedir ele água, quando o certo foi ter-lhe dado da mistura que traz, vinagre e água, refresco dos mais soberanos para matar a sede, como ao tempo se sabia e praticava. Vai-se embora, não fica até ao fim, fez o que podia para aliviar as securas mortais dos três condenados, e não fez diferença entre Jesus e os Ladrões, pela simples razão de que tudo isto são coisas da terra, que vão ficar na terra, e delas se faz a única história possível.
Fim do primeiro capítulo, páginas 19 e 20
Edição Caminho 

No primeiro diário da série "Cadernos de Lanzarote", José Saramago apresenta alguns comentários em resposta ao semanário "France Catholique" que se insurgiu contra a obra.  

8 de Outubro 
"Um semanário francês, France Catholique, envia-me umas perguntas sobre o Evangelho, o meu. Querem saber quais foram os critérios que adoptei em relação às informações contidas nos Evangelhos, ora tomando-os literalmente ora modificando os actos, as palavras, a cronologia, os lugares, e por que inventei eu não só nos «silêncios» do texto, mas também no corpo do que foi «autenticamente transmitido». Também querem saber se ignorei cientemente aspectos essenciais da tradição judaica, particularmente a Lei recebida no Sinai, que «não é um catálogo de promessas, mas um contrato reçu et conclu entre o Povo e Deus». E perguntam mais: que experiência me levou a dar, em Deus como nos homens, tão grande lugar ao mal, ao pecado, ao remorso, e nenhum ao perdão; se considero as guerras nacionalistas e as lutas políticas como meios menos nocivos ou alienantes que a profissão de fé dos crentes; se, significando evangelho boa nova, penso que o título é adequado ao livro; e finalmente por que razão retirei Maria de junto da cruz. 
Que vou responder? Primeiro, quanto aos critérios, que usei os do romancista, não os do teólogo ou do historiador. Segundo, que um contrato decente deve expressar e harmonizar a vontade das duas partes. Terceiro, que antes de Jesus já os homens eram capazes de perdoar, mas os deuses não. Quarto, que não se devem confundir as guerras (nacionalistas, ou outras) com as lutas políticas, e que, acima de tudo, é necessário respeitar a «santidade da vida». Quinto, que o título nasceu como nasceu, e não há nada a fazer. Sexto, que só em João a mãe de Jesus está presente, Mateus, Marcos e Lucas não a mencionam sequer."


9 de Outubro
Um tanto mais desenvolvidas, as respostas definitivas foram as seguintes: 
Primeira. Que devo entender por um corpo «autenticamente transmitido»? Entre os evangelhos de Mateus, Marcos, Lucas e João há diferenças e contradições universalmente reconhecidas. Se se considera que essas mesmas contradições e diferenças fazem parte do «corpo», então não deveria ser motivo de escândalo que alguém, interpretando os documentos evangélicos, não como uma doutrina, mas como um texto, procure encontrar neles uma nova coerência, problematizante e humana. Os meus critérios foram, portanto, os do romancista, não os do historiador ou do teólogo. 
Segunda. Um contrato verdadeiramente digno desse nome, e muito mais se vai condicionar radicalmente a vida de um povo, como a Lei recebida no Sinai, teria sempre de respeitar e conciliar a vontade das duas partes envolvidas. Não creio que se possa afirmar que seja este o caso: Deus impôs as suas condições - o Velho Testamento é, todo ele, uma demonstração de poder divino - e o povo judeu aceitou-as. A isto não chamaria eu contrato, mas diktat. 
Terceira. Simplesmente, o espectáculo do mundo. Jesus, filho de um Deus e pai de um Deus (será preciso dizer que o Deus de que hoje falamos está feito à imagem e semelhança do Filho?), não inventou o perdão. O perdão é humano. E o único lugar da transcendência é, acaso, a mais imanente de todas as coisas: a cabeça do homem. 
Quarta. Não é legítimo confundir as guerras (e não apenas as nacionalistas) com as lutas políticas. O que chamamos luta política é uma consequência lógica da vida social. Por outro lado, eu não considero nociva ou alienante a profissão de fé dos crentes. Apenas entendo que é meu direito e meu dever debater questões que formaram e continuam a formar, directa ou indirectamente, a substância mesma da minha vida. Como tenho dito, não sou crente, estou fora da Igreja, mas não do mundo que a Igreja configurou. 
Quinta. O título do meu livro nasceu de uma ilusão de óptica. Estando em Sevilha, ao atravessar uma rua na direcção de um quiosque de jornais, li, no meio da confusão das palavras e das imagens expostas, O Evangelho segundo Jesus Cristo, Este título, portanto, foi-me dado, e como tal o mantive, estando embora consciente da sua dupla inadequação: primeiro, porque o meu livro não é realmente uma boa nova para quem estiver mais atento ao «corpo» do que ao espírito; segundo, porque Jesus não escreveu nunca a sua própria vida. Talvez que se a tivesse escrito (perdoado me seja agora este pecado de orgulho) encontrássemos nela algo do que eu próprio escrevi: por exemplo, a conversação com o escriba no Templo... 
Sexta. Só no Evangelho segundo João a mãe de Jesus está presente no martírio e morte do filho. Nos outros evangelhos, as mulheres (e entre elas nunca é mencionada Maria) assistiam de longe. Eu não estava lá, mas estou pronto a jurar que Jesus morreu só, como sós temos de morrer todos. 
Ponto final. Ainda acabo teólogo. Ou já o sou? 

segunda-feira, 21 de dezembro de 2015

Sobre o arquivo da Biblioteca Nacional de Portugal - Texto “Depois de Ein­stein já não há por aí quem ouse”

“Na ver­dade, ninguém sabe para o que nasce. Nem as pes­soas, nem os livros”
Última frase que pode ser lida na imagem digitalizada

José Saramago doou algum do seu espólio à BPN, e que pode ser consultada nos links que se indica.


Esta crónica de Isabel Coutinho do jornal Público, foi publicada no suple­mento Ípsilon, do dia 2 de Julho de 2010, e pode ser aqui consultada através do link, 

"Numa carta de 22 de Março de 1994, José Sara­m­ago escrevia: “Um dia destes, com vagar, vou dar uma volta aos meus des­or­de­na­dos arquivos. Há car­tas, papéis, man­u­scritos que não tenho o dire­ito de con­ser­var como coisa minha, pois na ver­dade per­tencem a todos.” E pouco depois, entre­gou à Bib­lioteca Nacional de Por­tu­gal (BNP) a primeira parte da doc­u­men­tação que faz agora parte do fundo da BNP e que foi aumen­tada em anos posteriores.

Quem conta esta história é Fátima Lopes, do Arquivo de Cul­tura Por­tuguesa Con­tem­porânea, na nota explica­tiva que se pode ler na secção Colecção José Sara­m­ago da Bib­lioteca Nacional Dig­i­tal, no “site” da BNP. Foi por causa da exposição “José Sara­m­ago: a con­sistên­cia dos son­hos”, que esteve no Palá­cio Nacional da Ajuda, em 2008, que foi cri­ado o espaço ded­i­cado ao escritor.

A BNP con­siderou que con­tribuiria, com­ple­men­tar­mente, para a divul­gação dos méto­dos de tra­balho de José Sara­m­ago através da dig­i­tal­iza­ção dos man­u­scritos de sua auto­ria exis­tentes no Arquivo de Cul­tura Por­tuguesa Con­tem­porânea, escreve, por sua vez, o direc­tor da Bib­lioteca Nacional, Jorge Couto. “Neste con­junto destaca-se ‘O ano da morte de Ricardo Reis’ (edi­tado em 1984) quer pela importân­cia do livro no con­texto da pro­dução literária sara­m­aguiana, quer porque os mate­ri­ais preparatórios, incluindo uma agenda de 1983 adap­tada ao ano de 1936, per­mitem anal­isar a metodolo­gia adop­tada na elab­o­ração dos seus romances, bem como as cor­recções e aper­feiçoa­men­tos que intro­duzia nos dac­tilo­scritos, ao tempo em que ainda uti­lizava máquina de escr­ever”, acrescenta.

Esta agenda tem uma capa azul e foi escrita por Sara­m­ago a tinta azul, com risca­dos e sub­lin­hados a mar­cador verde. É de 1983 mas os dias da sem­ana foram emen­da­dos pelo autor para a fazer cor­re­spon­der a uma agenda de 1936.
Mas avisa a Bib­lioteca Nacional: “Con­tém ano­tações diárias reti­radas da leitura da imprensa da época, sobre a vida quo­tid­i­ana e política: boletins mete­o­rológi­cos, venci­men­tos de escrit­urários ou con­tín­uos, a falta de carne em Lis­boa, nomes de sabonetes e de pro­du­tos de cos­mética, falec­i­men­tos de fig­uras da cul­tura por­tuguesa ou estrangeira, espec­tácu­los de teatro ou musi­cais, com locais e preços, numerosas refer­ên­cias aos prin­ci­pais acon­tec­i­men­tos históri­cos ocor­ri­dos em Por­tu­gal, Espanha e tam­bém na restante Europa durante o ano de 1936, período em que decorre a acção do romance.”

No “site” os leitores podem per­cor­rer a agenda página a página (em PDF ou JPG). Estão lá tam­bém os apon­ta­men­tos de Sara­m­ago para a escrita do romance (onde se percebe como o livro era arqui­tec­tado pelo autor), uma “Biografia de Ricardo Reis” (onde se lê: “Não casou. Se teve amantes no Brasil, não as chega a ter depois de regres­sar a Por­tu­gal”); uma “Sín­tese (absurda, idiota, necessária) das odes de RR” e apon­ta­men­tos históri­cos de 1936. Está tam­bém disponível para con­sulta “O Embargo I e II” (dac­tilo­scrito com emen­das) e “As opiniões que o D.L. teve / José Sara­m­ago”, com­pi­lação de alguns dos tex­tos que ao longo de quase dois anos, 1972–73, foram pub­li­ca­dos por Sara­m­ago, anon­i­ma­mente, no “Diário de Lis­boa”. E ainda o autó­grafo assi­nado “Depois de Ein­stein já não há por aí quem ouse”, que ter­mina com a frase: “Na ver­dade, ninguém sabe para o que nasce. Nem as pes­soas, nem os livros”. Pois é.

Colecção José Sara­m­ago na BNP



domingo, 20 de dezembro de 2015

"José e Pilar Um filme cheio de vida" (Público 14/10/2010)

"José e Pilar Um filme cheio de vida", por Isabel Coutinho, aqui
em http://www.publico.pt/temas/jornal/jose-e-pilar-um-filme-cheio-de-vida-20399926


"Com o documentário Autografia/Um Retrato de Mário Cesariny, Miguel Gonçalves Mendes recebeu o Prémio de Melhor Documentário Português no DocLisboa 2004. Regressa hoje ao festival com José e Pilar, o filme da sessão de abertura, já esgotadíssima, na Culturgest

Há uma certa escuridão naquele corredor do Museu Nacional de Arte Antiga, mas a câmara de Miguel Gonçalves Mendes aproxima-se e o espectador do documentário José e Pilar percebe que o homem que está a olhar para a vitrina da exposição Encompassing the Globe é o Prémio Nobel da Literatura português.

José Saramago, absorto nos seus pensamentos, contempla o banco que pertenceu ao arquiduque da Áustria, Maximiliano II, e foi feito com os ossos do elefante que lhe foi oferecido pelo seu tio, João III de Portugal. A peça, agora de museu, está ligada ao romance A Viagem do Elefante que Saramago escreveu durante os anos em que a câmara do realizador português entrou dentro da intimidade do Nobel e da sua mulher, Pilar del Río.

Pode ser visualizado aqui, via YouTube


Quando fez José e Pilar, Miguel Gonçalves Mendes tinha um objectivo: não dar aos espectadores a sensação que estavam a ver um documentário. "Não quis que fosse um documentário tradicional, com um lado pedagógico, a falar do homem e da obra", explica o realizador. Isso já estava feito em outros suportes (livros, reportagens de televisão, etc.). O que lhe interessava era contar esta história como se fosse uma narrativa clássica em termos de estrutura: "Um homem que quer escrever um livro, que adoece, que tem medo de não conseguir acabar o livro, mas consegue recuperar e não só acaba esse romance, como ainda tem uma ideia para outro."

Se no documentário Autografia/Um Retrato de Mário Cesariny, pelo qual Miguel Gonçalves Mendes recebeu o Prémio de Melhor Documentário Português no DocLisboa 2004, se sentia haver alguém a despedir-se, no sentido quase testamentário, em José e Pilar há sofreguidão de vida e de desejo de viver. "De José e de Pilar, aquilo que mais me fica é que a vida é só esta, ponto final. E, no caso de José, como ele diz, tudo lhe aconteceu demasiado tarde, há um caso de urgência." O escritor morreu no dia 18 de Junho de 2010 e o filme foi montado antes de ele morrer. "No dia em que morreu, jurámos a nós próprios não tocar em nada da montagem", conta Mendes. "Seria um processo suicida, íamos destruir o filme todo." Na altura, um amigo lembrou ao realizador: "Miguel, o filme é dos vivos para os vivos."

Um filme sem falsidades

"Eu tenho ideias para romances. Ela [Pilar] tem ideias para a vida. E eu não sei o que é mais importante", diz a determinada altura, brincalhão, José Saramago. Mas é claro que sabia. Miguel Gonçalves Mendes acompanhou o casal por vários locais do mundo durante mais de três anos, tem filmadas cerca de 240 horas de material e passou um ano e meio na mesa de montagem. Fez uma primeira versão de José e Pilar com seis horas, outra de três e a versão final que abre hoje, às 21h00, a VII edição do DocLisboa, na Culturgest, em Lisboa, tem duas horas.

José Saramago viu a versão de três horas. Muitas vezes, durante a rodagem, o escritor teve dúvidas sobre a pertinência de se filmarem determinadas coisas, explica Miguel Mendes, mas quando viu o resultado disse-lhe que, mais do que um filme sobre ele e Pilar, era um filme sobre a vida. "Pareceu-lhe mais interessante do que estava à espera", conta Pilar del Río, num e-mail enviado ao P2 a partir de Milão. "Riu-se com algumas cenas, achámos que estávamos feios noutras, inteligentes por vezes, fortes nas discussões... Ficámos surpreendidos ao ver como representávamos pouco, com o estarmos sem maquilhagem, de estar o José, de roupão, como se não existissem câmaras...", diz. Sentiram que parte da vida deles voltava, que tinham o privilégio de a ver como numa máquina do tempo, com naturalidade, porque "é um filme sem falsidades, cheio de verdade, de pequenas coisas, de vida, simplesmente", continua Pilar. O retrato que Miguel fez do vosso quotidiano é real? Revê-se nele? "Absolutamente. Miguel foi um retratista fiel, embora com personalidade própria. Fez o retrato que qualquer pintor quereria assinar. Sabe manejar os pincéis e a câmara. E os tempos. Tem carácter como realizador, chegará longe."

Em José e Pilar assistimos à rotina do dia-a-dia, à inauguração da biblioteca, aos cães a rondar a casa, ao casamento, a funerais, ao regresso à Azinhaga e a Castril, à criação da fundação, aos momentos da doença. Numa das cenas mais impressionantes vemos José Saramago na cama do hospital a olhar para um computador onde, em directo, está a ser transmitida a imagem dos amigos e família a desejarem-lhe "Ano Feliz 2008".

Sabe que eu te amo, né?

Momentos interessantes são também aqueles que se passam no México na Feira de Guadalajara e no Brasil, quando o autor de Memorial do Convento foi lá lançar A Viagem do Elefante. Há a conferência de imprensa em que José se queixa que os jornalistas lhe fazem sempre as mesmas perguntas onde quer que vá. Uma jovem aproxima-se do escritor e repete várias vezes algo que o escritor não percebe ("Saramago, eu te amo"), acabando por lhe segredar ao ouvido: "Você sabe que eu te amo, né?" O escritor português desmancha-se a rir. O editor brasileiro Luiz Schwarcz e a sua mulher, Lilia, antropóloga, em casa de quem Saramago ficava no Brasil, emocionaram-se muito. "O humor do filme nos agradou imenso, como vocês diriam. Não temos muito a dizer. Sentimos muito do que privamos ao ter José e Pilar sempre em casa", responderam por e-mail. Este filme tem a capacidade de emocionar e de fazer rir quem o vê. Os protagonistas, José e Pilar, não se emocionaram, simplesmente reviveram. E riram-se de algumas coisas que se passaram e que a câmara viu.

Para Pilar del Río, não há nenhuma lição a tirar deste filme, "só a experiência de compartilhar com alguém muito amado, com José Saramago, parte da sua vida, entrar na sua intimidade, porque Saramago abriu as suas portas e expôs-se". "Parece-me isso tão admirável que eu, sim, estou emocionada ante o exemplo magnífico, da generosidade assombrosa de José Saramago neste filme, na sua vida. Como o filme revela."

José e Pilar chega aos cinemas portugueses a 18 de Novembro e terá antestreia a 16 de Novembro, data do aniversário de Saramago."




Homenagem a José Saramago pela "Biblioteca Provincial de Huelva" através da "Aula José Saramago"

"Homenaje a José Saramago en la Biblioteca Provincial de Huelva
Gracias a los amigos y amigas de la Biblioteca Provincial de Huelva por sumarse al homenaje que, cada 16 de noviembre, proponemos desde el Aula José Saramago; gracias por compartir con nosotros este entrañable documento visual…"

Info aqui em 
e

Pode ser visualizado, aqui via YouTube,

"Video del homenaje a José Saramago celebrado en la Biblioteca el pasado 16 de noviembre de 2015
Un nutrido grupo de usuarios de la Biblioteca, miembros de la Asociación literaria Nueva Horizonte, de los clubes de lectura y del Aula José Saramago, se dieron cita el pasado 16 de noviembre, fecha del aniversario del nacimiento del queridísimo escritor José Saramago, para rendirle un sincero y cálido homenaje leyendo pequeños fragmentos de su obra autobiográfica “Las pequeñas memorias”


"Participa en la lectura homenaje a José Saramago el próximo 16 de Noviembre
Diego Mesa, coordinador del Aula José Saramago que estuvo funcionando en nuestra Biblioteca, nos propone llevar a cabo un pequeño homenaje al Nóbel portugués: ¿qué os parece realizar algo en el vestíbulo de entrada de nuestra Biblioteca para el lunes 16 de noviembre a las 18:30 horas y así lograr mayor visibilidad para este evento"

Texto de Baptista-Bastos "A grandeza de um e a tacanhez do outro" (Negócios / 25 Junho 2010)

De Baptista-Bastos "A grandeza de um e a tacanhez do outro"
Via Jornal de Negócios, que pode ser consultado e lido aqui,
em http://www.jornaldenegocios.pt/opiniao/detalhe/a_grandeza_de_um_e_a_tacanhez_do_outro.html

(Baptista-Bastos com José Saramago)

"Havia nele, no que escrevia e dizia, mas, também, na forma como fixava as coisas e os homens, essa espécie de iluminação que diferencia, essa diferença que ilumina. José Saramago foi um grande português, com duas pátrias amadas: Portugal e Pilar del Rio.
Havia nele, no que escrevia e dizia, mas, também, na forma como fixava as coisas e os homens, essa espécie de iluminação que diferencia, essa diferença que ilumina. José Saramago foi um grande português, com duas pátrias amadas: Portugal e Pilar del Rio. Não há metáfora nesta afirmação. Pilar era a pátria redesenhada do seu próprio coração; e Portugal o desejo permanente, nunca apaziguado, da linguagem entendida como emoção e conquista.

Um português desta estirpe e desta grandeza jamais seria entendido pelo português minúsculo, sem dimensão e sem mérito - como é o dr. Cavaco. Saramago possuía a medida da pátria. O dr. Cavaco não dispõe da altura exigida pelas suas funções. Saramago amava o seu povo porque nos conhecia. O dr. Cavaco despreza-nos por ignorância.

Ao ausentar-se das cerimónias nacionais ao falecimento do escritor (do grande escritor), dispensou-se de se associar ao respeito colectivo, e expôs-se como uma criatura ressentida, medrosa, escondida, cabisbaixa. Este senhor é o mesmo que recusou uma pensão à viúva de Salgueiro Maia e premiou ex-agentes da PIDE, "por bons serviços prestados à pátria." É aquele que inventou a existência de escutas em Belém, num dos episódios mais grotescos e farsolas da II República. É o indivíduo que presidiu ao Ministério responsável pelo impedimento de José Saramago em se candidatar a um prémio literário europeu. Refiro-me, claro!, ao facto de ter silenciado sobre a decisão do subsecretário Sousa Lara, e do secretário Santana Lopes, ambos estes "governantes" da Cultura, em impedirem que o romance "O Evangelho Segundo Jesus Cristo" fosse, sequer, admitido a concurso.

A nota oficial da Presidência da República, em que se pretende explicar a ausência do Chefe de Estado no velório de José Saramago, é um documento lamentável. Corresponde, aliás, à ambiguidade e evasivas com que promulgou a lei do casamento de homossexuais. O dr. Cavaco não enfrenta: evita. 

As "explicações" que tartamudeou nos Açores são de molde a revoltar-nos pelo que comportam de divisão social, e pelo que exprimem de incompreensão relativamente ao significado cultural de Saramago, além da hipocrisia e do cinismo de frases como esta: "Não tive o privilégio de conhecer pessoalmente o escritor, embora tenha lido os seus livros." Estamos mesmo a ver o dr. Cavaco, nos tempos livres, sentado num sofá e debruçado nas páginas de qualquer romance do autor. Estamos mesmo a vê-lo.

É este cavalheiro de pouca estatura intelectual, minguada extensão de estadista, certamente o pior Presidente da República em democracia - é este homem sombrio e tíbio, vingativo e rancoroso que a Direita deseja manter em Belém.

Não há comparação possível, mesmo reclamando-nos de tolerância cristã e piedade sem peias, entre José Saramago e o dr. Cavaco. O primeiro orgulha-nos e enobrece-nos. Levou o nome da pátria às sete partidas do mundo; pôs-nos a reflectir e exigiu que não nos submetêssemos, que fôssemos homens livres, que rejeitássemos e combatêssemos a servidão. Nada devemos ao dr. Cavaco, a não ser decepções, arrogância, soberba, trapalhadas culturais. Nada, neste homem hirto, pouco à vontade, irritadiço, colérico quando contrariado, o recomenda ao nosso respeito, consideração e estima.

E poucos gostam dele, inclusive os da sua área ideológica, se é que ele sabe, em rigor, o que isso significa. O dr. Cavaco é um embaraço para os seus correligionários, e um pesadelo para os que admitem a democracia como uma instância de sabedoria, de compreensão, de complacência e de liberdade livre.

José Saramago esteve sempre onde devia estar. 
O dr. Cavaco está a mais onde está. 

APOSTILA 1. - Há uns anos largos, num programa de Margarida Marante, na SIC, foi apresentado um encontro aparentemente imponderável: D. Manuel Clemente, então reitor do Seminário dos Olivais, e José Saramago, já então muito conhecido e muito polémico. Foi um diálogo inesquecível. D. Manuel Clemente conhecia a obra do escritor, e este demonstrou uma atenção muito grande por tudo quanto o seu interlocutor dizia, sobretudo pelas interrogações sobre Deus e a religião que lhe formulava. Dois homens cultos, que se respeitavam e que expunham aos telespectadores uma forte dignidade nas suas opções essenciais e uma impecável decência nas suas interpelações e propostas. Ainda esperei que alguém, nos jornais e nas televisões, se lembrasse do acontecimento, e solicitasse a D. Manuel Clemente um depoimento, um artigo, um comentário sobre Saramago. Porém, a memória das Redacções parece estar irremediavelmente perdida. Na ausência desta grande figura da Igreja, perdemos todos, certamente, uma bela demonstração de pedagogia e de cultura. Paciência. 

APOSTILA 2. - A hierarquia da Igreja Católica Portuguesa distanciou-se do Vaticano e do seu órgão, "L'Osservatore Romano", que, num artigo inconcebível, cobriu José Saramago de injúrias. Uma vergonha à qual os bispos portugueses recusaram associar-se, mantendo uma elevação moral que merece aplauso. Como aplauso merecem os padres Carreira das Neves e Tolentino de Mendonça pelas declarações que prestaram publicamente."